Si no se mete en esto, no nos
representa
La
brecha salarial entre mujeres y hombres en la Comunidad de Madrid es del 27%.
El salario medio de los hombres es de 28.562 € frente a los 20.850 € que cobran
las mujeres, es decir, 7.712 € de diferencia.
La
brecha salarial, que no ha parado de crecer desde 2010, es un fiel reflejo del
retroceso de las condiciones laborales de las mujeres (temporalidad,
parcialidad, etc.), así como de la total ausencia de políticas de igualdad.
Una
brecha que afecta a las mujeres, no sólo durante su vida laboral, sino también
cuando termina una brecha en las pensiones del 32,81%. Las mujeres cobran
6.566€ menos que los hombres.
Sin
embargo, y frente a esta realidad, Mariano Rajoy asegura:
"Los
gobernantes debemos ser cautos a la hora de saber cuáles son nuestras competencias
y cuáles no. Desde luego, no hay ninguna que sea igualar salarios. No nos
metemos en eso".
¿No
forma parte de sus competencias desarrollar políticas de igualdad o luchar
contra la feminización de la pobreza?.
Él,
que ha sido el impulsor de una reforma laboral que favorece la precarización de
las condiciones laborales, la desigualdad y la pobreza especialmente de las
mujeres.
En
un país donde nosotras tenemos que trabajar una media de 54 días más para
cobrar lo mismo que nuestros compañeros varones; donde ocupamos el 80% de los
trabajos no cualificados, a pesar de nuestra mayor cualificación y donde el 70%
cobramos el salario mínimo.
El
derecho a la igualdad salarial y a la no discriminación retributiva entre
mujeres y hombres es un derecho reconocido expresamente en la Constitución
Española (artículo 35 CE), en la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo (artículo
5), y en el Estatuto de los Trabajadores.
En
el ámbito europeo también se configura como un derecho y un principio
fundamental recogido expresamente en el Artículo 157 del Tratado de
Funcionamiento de la Unión Europea.(antiguo 141 TCE) y en las directivas
comunitarias (Directiva 75/117/CEE, Directiva 79/7/CEE del Consejo, Directiva
86/613/CEE, Directiva 92/85/CEE, Directiva 2002/73/CE, Directiva 2006/54/CE)
Pero
a diferencia de lo que dice y piensa el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy,
en otros países, como es de sentido común, sí consideran que tienen
competencias para intervenir sobre la brecha salarial. Así Islandia, Portugal,
Alemania y Reino Unido, son países que han aprobado medidas legislativas para
garantizar la igualdad salarial.
Si el Presidente no se mete en esto, queda claro
que no nos representa.
Puedes leer el artículo de opinión escrito por
Ana Sánchez de la Coba en:
170 trabajadoras de la BBC
denuncian la discriminación salarial ante el Parlamento
La entrada principal de la BBC,
ubicada en Londres. PETER NICHOLLS REUTERS)
Las
trabajadoras de la BBC han denunciado ante un comité del Parlamento británico
que sus jefes violaron la legislación de igualdad salarial al pagarles menos
que a sus colegas masculinos, circunstancia que además ocultaron. Un grupo de
170 mujeres de la plantilla ha hecho frente común exigiendo una disculpa,
compensaciones económicas y ajustes en sus planes de pensiones, pero los
responsables del ente público niegan haber incurrido en un sesgo salarial por
razones de género.
El
lobby de féminas periodistas ha acompañado su queja por escrito con una decena
y media de ejemplos que ilustran las diferencias salariales entre hombres y
mujeres que realizan exactamente el mismo trabajo para la corporación. El
documento sostiene asimismo que algunas trabajadoras recibieron amenazas por
reclamar una remuneración igualitaria.
Una
presentadora de radio que ha querido preservar su identidad asegura, por
ejemplo, que uno de los jefes de su servicio le dijo que la BBC no aplica la
igualdad salarial, al tiempo que la tildaba de "agresiva" por
plantear esa exigencia laboral. Eleanor Bradford, la corresponsal de sanidad de
la BBC en Escocia, sí ha querido en cambio que figure su nombre y apellido en
la denuncia de que solo consiguió un aumento de sueldo cuando esgrimió las
leyes de igualdad salarial. Y aún así su remuneración siguió estando muy por
debajo de las de otros colegas masculinos a cargo de tareas similares a la
suya.
Puedes leerlo completo en:
Los médicos españoles se deciden
a trabajar por la igualdad de género sin mujeres
Miembros del Foro de la Profesión
Médica con representantes del Ministerio de Sanidad
Las
mujeres están fuera de la foto fija una vez más, incluso cuando de lo que se
trata es de tomar medidas sobre la igualdad de género en una profesión en la
que son mayoría, pero apenas existen en los órganos de gobierno.
El
Foro de la Profesión Médica, hombres todos, tal como atestigua la foto que
encabeza esta noticia, se han puesto manos a la obra, se han arremangado y han
decidido que ya era hora de trabajar por la igualdad de género dentro de la
profesión. Así lo ha difundido este pasado jueves la revista Redacción Médica,
que afirma que este Foro abordará en las próximas reuniones un documento de
referencia en el que recogerán la posición de todo el colectivo médico en
referencia a la igualdad de género. Para ello, crearán un grupo de trabajo que
se encargará de elaborar el documento en los próximos meses. Es decir, el tema
va para largo.
Ninguna mujer ha participado en este Foro de la
profesión Médica, que está compuesto por un miembro del Consejo General de
Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), la Conferencia Nacional de Decanos de
Facultades de Medicina, el Consejo Nacional de Especialistas en Ciencias de la
Salud, la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, la Federación de
Asociaciones Científico Médicas Españolas y el Consejo Estatal de Estudiantes
de Medicina.
Puedes leerlo completo en:
Solo 5 mujeres entre 18
candidaturas propuestas a 3 plazas
de Magistrados del Tribunal
Supremo
El Presidente del
Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial se abstiene en uno de
los procesos selectivos por su amistad con uno de los aspirantes.
La Comisión Permanente
del Consejo General del Poder Judicial ha aprobado las ternas de candidaturas a
tres plazas de magistrados del Tribunal Supremo: una en la Sala Segunda, otra en la Sala
Tercera y una más en la
Sala Cuarta. Para la
primera de las plazas, correspondiente al turno de carrera judicial previsto en
los artículos 343 y 344 a) de la Ley Orgánica del Poder Judicial, la terna está
compuesta por los siguientes candidatos:
- Manuela Fernández Prado, magistrada de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.
- Javier Hernández García, presidente de la Audiencia Provincial de Tarragona.
- Ángel Luis Hurtado Adrián, magistrado de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.
- Juan José López Ortega, magistrado de la Audiencia Provincial de Madrid.
- Vicente Magro Servet, magistrado de la Audiencia Provincial de Madrid.
- Susana Polo García, magistrada de la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Abstención
del presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ
La Comisión Permanente
también ha aprobado hoy la terna de candidatas/os a una plaza de magistrado de
la Sala Tercera del Tribunal Supremo, correspondiente al turno de especialistas
previsto en los artículos 343 y 344 a) de la LOPJ.
En este caso, el
presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial,
Carlos Lesmes, no ha intervenido en la selección de los candidatos, ya que
previamente ha presentado un escrito comunicando su decisión de abstenerse de
participar “en todo acto, trámite o decisión” relacionados con este proceso
selectivo por razón de su amistad con uno de los aspirantes, Fernando Román
García, en virtud de lo dispuesto en el artículo 28.2.c) de la Ley 30/1992 de
Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento
Administrativo.
Lesmes ya se abstuvo de
participar, por los mismos motivos, en el procedimiento de elección de un
magistrado de la Sala Tercera del Tribunal Supremo que tuvo lugar en enero de
2016, puesto al que también optó Román y para el que el Pleno del CGPJ eligió a
Rafael Toledano Cantero.
La terna aprobada hoy
para la plaza convocada está compuesta por los siguientes candidatos:
- Jesús María Calderón González, magistrado de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional.
- José Luis Gil Ibáñez, magistrado de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional.
- Fernando de Mateo Menéndez, magistrado de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional.
- Fernando Román García, magistrado de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional.
- María Alicia Sánchez Cordero, magistrada de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional.
- Santiago-Pablo Soldevila Fragoso, magistrado de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional.
Candidatos/as a magistrado de la Sala Cuarta del Tribunal Supremo
Por último, la Comisión
Permanente ha aprobado la terna de candidatura a una plaza de magistrado de la
Sala Cuarta del Tribunal Supremo, correspondiente al turno general previsto en
los artículos 343 y 344 b) de la LOPJ.
Los candidatos
seleccionados son los siguientes:
- Ricardo Bodas Martín, magistrado de la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional
- María Luz García Paredes, magistrada de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid
- Juan Carlos Iturri Gárate, magistrado de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco
- Francisco Javier Lluch Corell, magistrado de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana
- Juan Molins García-Atance, magistrado de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Aragón
- Sara María Pose Vidal, magistrada de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña
El Pleno del CGPJ
elegirá a los nuevos magistrados del Tribunal Supremo en su reunión del próximo
día 25.
Puedes leerlo en:
'Normalidad' y género
No comentar el sexo de los que
gobiernan, ganan premios o ingresan en la Academia
ocultaría que el poder y los recursos los siguen acaparando hombres
ocultaría que el poder y los recursos los siguen acaparando hombres
La escritora Rosa Chacel, que fue
candidata a académica de la Lengua. RICARDO GUTIÉRREZ
Las mujeres están siendo
víctimas de una paradoja, asegura Javier Marías en un artículo reciente (Paradoja,
El País Semanal, 25-12-17). Y es
que después de haber luchado mucho para ser juzgadas "con normalidad",
sin que se tuviera en cuenta su sexo, ahora no hacen más que hablar de eso: de
su sexo. Hacen listas de escritoras olvidadas; publican artículos protestando
de que haya tan pocas ministras o académicas; escriben libros que tratan solo
sobre su sexo... Las mujeres, en fin, parecen empeñadas en recordar que lo son,
y eso, según Marías, las perjudica.
Coincido con usted en que existe, en este asunto, una paradoja, pero no la que usted señala, sino otra: la de la "normalidad". Pues "normalidad" es, en su artículo, el concepto clave. ¿Y en qué consiste? Muy sencillo, según usted: en que se juzgue a las mujeres "exclusivamente por su calidad". Respuesta impecable, desde luego, si no fuera por una pequeña cuestión previa: ¿qué es "calidad"?... No tratándose de ciencias exactas, calidad será lo que guste a quienes juzgan. ¿Y quiénes son? Quienes hacen crítica en los suplementos, componen las Academias, ostentan cátedras... Y que pertenecen, en un 80 % aproximadamente, al mismo sexo (adivinen cuál). Por cierto, qué curioso: ese 80 % de críticos del mismo sexo, eligen reseñar libros cuyos autores pertenecen, también en un 80 %, al sexo en cuestión. Por razones de calidad, claro, exclusivamente.
Esa es la "normalidad" imperante, en lo cuantitativo. Fijémonos ahora en lo cualitativo. Elogia usted a las mujeres que "no esperan favores y jamás lloriquearían". Ensalza a Rosa Chacel, que "no sentía ningún complejo" y cuando fue candidata a la Academia "no le gustó tener que disputarse el sillón con otra mujer". Está claro que para la "normalidad" de la que se hace usted portavoz, ser mujer es algo que rebaja. Competir con una de ellas es degradante y provoca admiración y sorpresa la que no está acomplejada por serlo.
¿"Normalidad"? Ocurre en las artes lo mismo que en cualquier otro ámbito: el sujeto supuestamente neutro, "normal", en realidad es masculino. En lo laboral, por ejemplo, se concibe al trabajador como alguien siempre disponible, porque no asume cargas familiares. En arte, una obra "normal" es la que trata de la guerra o la caza de ballenas: aunque todos los personajes sean masculinos, nadie dirá que su autor "habla solo de su sexo"; se entiende que trata de la condición humana, pues el patriarcado confunde lo masculino con lo humano. Cuando las mujeres hacemos arte sobre las experiencias femeninas, en cambio, eso no se considera "normal", sino "de mujeres". Ahí está la paradoja: en reclamar una "normalidad" consistente en hacer como si el sexo no existiera..., mientras se mantiene un statu quo en el que quienes juzgan pertenecen muy mayoritariamente a uno de los dos sexos, y aplican criterios sexuados.
Coincido con usted en que existe, en este asunto, una paradoja, pero no la que usted señala, sino otra: la de la "normalidad". Pues "normalidad" es, en su artículo, el concepto clave. ¿Y en qué consiste? Muy sencillo, según usted: en que se juzgue a las mujeres "exclusivamente por su calidad". Respuesta impecable, desde luego, si no fuera por una pequeña cuestión previa: ¿qué es "calidad"?... No tratándose de ciencias exactas, calidad será lo que guste a quienes juzgan. ¿Y quiénes son? Quienes hacen crítica en los suplementos, componen las Academias, ostentan cátedras... Y que pertenecen, en un 80 % aproximadamente, al mismo sexo (adivinen cuál). Por cierto, qué curioso: ese 80 % de críticos del mismo sexo, eligen reseñar libros cuyos autores pertenecen, también en un 80 %, al sexo en cuestión. Por razones de calidad, claro, exclusivamente.
Esa es la "normalidad" imperante, en lo cuantitativo. Fijémonos ahora en lo cualitativo. Elogia usted a las mujeres que "no esperan favores y jamás lloriquearían". Ensalza a Rosa Chacel, que "no sentía ningún complejo" y cuando fue candidata a la Academia "no le gustó tener que disputarse el sillón con otra mujer". Está claro que para la "normalidad" de la que se hace usted portavoz, ser mujer es algo que rebaja. Competir con una de ellas es degradante y provoca admiración y sorpresa la que no está acomplejada por serlo.
¿"Normalidad"? Ocurre en las artes lo mismo que en cualquier otro ámbito: el sujeto supuestamente neutro, "normal", en realidad es masculino. En lo laboral, por ejemplo, se concibe al trabajador como alguien siempre disponible, porque no asume cargas familiares. En arte, una obra "normal" es la que trata de la guerra o la caza de ballenas: aunque todos los personajes sean masculinos, nadie dirá que su autor "habla solo de su sexo"; se entiende que trata de la condición humana, pues el patriarcado confunde lo masculino con lo humano. Cuando las mujeres hacemos arte sobre las experiencias femeninas, en cambio, eso no se considera "normal", sino "de mujeres". Ahí está la paradoja: en reclamar una "normalidad" consistente en hacer como si el sexo no existiera..., mientras se mantiene un statu quo en el que quienes juzgan pertenecen muy mayoritariamente a uno de los dos sexos, y aplican criterios sexuados.
Merece la pena leer completo el artículo de opinión
escrito por Laura Freixas en:
El legado de 13 mujeres que
fallecieron en 2017 y no conoces por culpa del patriarcado
No han abierto los telediarios, ni las
portadas de los periódicos, pero su legado fue importante
Lo
que no se nombra, no existe. Y a las mujeres la historia, la ciencia y las
artes apenas las nombran. La invisibilización es una de las consecuencias del
patriarcado. No es la única. Ya conocemos cómo la violencia machista asesina a
las mujeres, impide llegar a los altos cargos en los puestos de trabajo o
provoca la feminización de la pobreza.
El
silencio se produce durante sus vidas, pero también después: artistas,
científicas o periodistas importantes de todo el mundo han fallecido durante
este año y no nos hemos enterado. No han abierto los sumarios de los
telediarios, ni las portadas de los periódicos. Apenas hay referencia de ellas
en internet. Por eso, en Público hacemos una recopilación de algunas de estas
mujeres, para evitar que su trabajo caiga en el olvido.
- La reportera estadounidense Clare Hollingworth.
- La maestra republicana Alejandra Soler.
- La poeta y rapera Gata Cattana.
- La primera presidenta del Parlamento Europeo Simone Veil.
- La matemática Evseena Ratner.
- La matemática Maryam Mirzakhani.
- La periodista Malén Aznárez.
- La atleta australiana Betty Cuthbert.
- La primera mujer en un Parlamento de África Fátima Ahmed Ibrahim.
- La feminista Kate Millet.
- La primera ministra de un gobierno turco Türkân Akyol.
- La antropóloga feminista Francoise Heritier.
- La química que puso fin al bocio en España Gabriella Morreale de Castro.
Puedes leerlo completo en:
LAS MUJERES FUERA DE LAS FOTOS
El techo de cristal para las
mujeres se queda a un palmo del suelo
El rey Felipe VI acompañado por el
presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial,
Carlos Lesmes, y los magistrados posan tras finalizar la solemne sesión de
apertura del año judicial. EFE/Ángel Díaz
El techo de cristal, esa
limitación velada y en muchas ocasiones invisible con el que popularmente se
denomina el tope al que llegan las mujeres dentro de su trabajo o su profesión,
sigue estando extremadamente bajo, a pesar de la lucha, las leyes y los costosos
avances que se han producido en las últimas décadas. Basta una rápida mirada a
muchas de las fotografías institucionales recogidas a lo largo del año para
evidenciar, tal como ocurre en el popular tebeo de Wally, que a las mujeres hay
que buscarlas con lupa.
Las mujeres están fuera
de las fotos... y de las instituciones. Durante este año, en el que el
feminismo ha tenido un importante repunte y en el que muchos de los
acontecimientos han puesto la lucha por la igualdad al frente de las agendas,
la participación de ellas sigue estancada en cifras vergonzosamente bajas. Por
ejemplo: Sólo 8,5 mujeres en las Reales Academias. En la Real Academia de
Jurisprudencia y Legislación sólo hay una mujer como académica numeraria, con
un 2,9%, y en la Real Academia de Medicina, a pesar de la feminización
existente en los estudios de esta rama y en el ejercicio de la profesión, la
presencia femenina es muy baja, con un 6,4%. El rey inaugura el año judicial
2017/2018: 13 hombres, ninguna mujer. Audiencia a la asamblea del Consejo
General del Colegio Oficial de Médicos de España: 61 hombres, 11 mujeres. Audiencia
a una representación de miembros de las academias Iberoamericanas: 20 hombres y
dos mujeres. En el patronato del Real Instituto Elcano de estudios
internacionales y estratégicos: 25 hombres, 2 mujeres…
Una autónoma cobra 200 euros menos de pensión que un autónomo
La diferencia entre las
pensiones de jubilación de los trabajadores autónomos sobre los asalariados son
más que relevanes. Según un informe de la Unión de Profesionales y Trabajadores
Autónomos, realizado a mediados de año, dicha diferencia era de 500 euros al
mes. Sin embargo, si analizamos únicamente los datos del colectivo autónomo
encontramos una grave brecha de género.
Así lo corrobora un informe de principios de año, elaborado por el sindicato UGT, donde se refleja que la pensión que percibe una jubilada autónoma es, de media, 200 euros inferior a la de un jubilado que haya cotizado en el mismo régimen.
El estudio muestra que esta realidad se repite en todas las Comunidades Autónomas, aunque con diferencias. La brecha salarial según el género es más alta en País Vasco -con una media de 330 euros más que perciben hombres con respecto de mujeres-, Asturias -231 euros - y Comunidad Valenciana -220 euros-. En el lado opuesto se encuentra en Canarias, donde la diferencia cae hasta los 146 euros.
Así lo corrobora un informe de principios de año, elaborado por el sindicato UGT, donde se refleja que la pensión que percibe una jubilada autónoma es, de media, 200 euros inferior a la de un jubilado que haya cotizado en el mismo régimen.
El estudio muestra que esta realidad se repite en todas las Comunidades Autónomas, aunque con diferencias. La brecha salarial según el género es más alta en País Vasco -con una media de 330 euros más que perciben hombres con respecto de mujeres-, Asturias -231 euros - y Comunidad Valenciana -220 euros-. En el lado opuesto se encuentra en Canarias, donde la diferencia cae hasta los 146 euros.
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