Dedicamos nuestro
segundo capítulo a las artistas de la Generación del 27 conocidas como “Las Sinsombrero”, un grupo mujeres que han sido no solo olvidadas por la historia, sino también eclipsadas por sus
compañeros, los artistas e intelectuales de la generación más fecunda del siglo
XX.
En sus memorias, María Teresa León define de este modo la posición en la que ella se sentía respecto a su marido Rafael Alberti "Ahora yo soy la cola del cometa. Él va delante". El escritor José Luis Ferris hace extensible esta metáfora a otras grandes mujeres de esta generación “Muchas no alcanzaron el reconocimiento porque el hombre que tuvieron a su lado se llevó todas las medallas y mieles. María Teresa León sería hoy mucho más valorada como escritora si no hubiera sido la compañera de Rafael Alberti. Fueron simples colas de cometa cuando en realidad ellas solas ofrecían luz propia”.
En sus memorias, María Teresa León define de este modo la posición en la que ella se sentía respecto a su marido Rafael Alberti "Ahora yo soy la cola del cometa. Él va delante". El escritor José Luis Ferris hace extensible esta metáfora a otras grandes mujeres de esta generación “Muchas no alcanzaron el reconocimiento porque el hombre que tuvieron a su lado se llevó todas las medallas y mieles. María Teresa León sería hoy mucho más valorada como escritora si no hubiera sido la compañera de Rafael Alberti. Fueron simples colas de cometa cuando en realidad ellas solas ofrecían luz propia”.
“Las Sinsombrero” son, entre otras, Concha Méndez, Ernestina de Champourcín, Josefina de la Torre, Marga Gil Roësset, María Teresa León, María Zambrano, Maruja Mallo, y Rosa Chacel.
- Concha Méndez (Madrid 1898 - México 1986).
Además de poetisa y autora teatral, mantuvo una intensa actividad
editorial fundando en Madrid, junto a su marido el también poeta Manuel
Altolaguirre, la imprenta "La Verónica" donde editaron la
revista Héroe, que contó con la colaboración de muchos de los nombres de
la época. El exilio les llevó a París, La Habana y México, y allí
volvieron a abrir una imprenta desde donde editaron textos de sus colegas
españoles en el exilio.
- Ernestina de Champourcín (Vitoria 1905 -
Madrid 1999). Desde niña tuvo una clara vocación literaria "poeta,
sólo poeta". Residente
en Madrid desde joven, con veintiún años publicó su primer poemario, con
una línea intimista que nunca abandonaría. Cuando se inició la Guerra
Civil empezó a trabajar como enfermera, hecho que le causó un gran impacto
y que influyó en toda su obra posterior. Finalmente se exilió con su
marido Juan José Domenchina a Toulouse, París y México. No regresó a
España hasta el año 1973. Pasados los noventa años todavía seguía
publicando, pero siempre entre "la vagancia y la vaguedad". En 1992 fue candidata al premio Príncipe
de Asturias.
- Josefina de la Torre (Las Palmas de Gran
Canaria 1907 - Madrid 2002). Fue más conocida como actriz y concertista
que como escritora. Sin embargo, para algunos, figura entre las cinco
poetisas más destacadas de su generación, y fue la segunda mujer a la que
Gerardo Diego incluyó en su Antología Poética de 1934. En 1927 publicó su
primer poemario, Versos y estampas. Ese mismo año fundó, junto a su
hermano Claudio de la Torre, miembro reconocido de la Generación del 27,
su primera compañía de teatro. Su labor como actriz fue muy relevante,
destacó en el teatro de posguerra, llegando a primera actriz en el María
Guerrero. Hizo trabajos en el cine junto a su hermano y otros grandes
nombres de la época, como Neville. Su último trabajo conocido fue en la
serie de Televisión Española Anillos de oro (1983).
- Marga Gil Roësset (Madrid 1908 - 1932).
Creció bajo la influencia de una madre culta y refinada que motivaba a sus
hijos a experimentar con las artes. Fue una joven de extraordinario
talento para la plástica y la poesía, una niña prodigio que a los 24 años
ya empezaba a ser conocida como escultora e ilustradora, nacional e
internacionalmente. Su explosión como artista se desbordó cuando conoció
al matrimonio formado por Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubí, que la
presentaron al mundo intelectual y con el que mantuvo una estrecha
relación creativa y personal. Pero en julio de 1932, previa destrucción de
casi toda su maravillosa obra artística, decidió quitarse la vida. Su
hermana Consuelo pudo salvar algunas de sus obras, entre ellas un diario
personal que escribió una semana antes de quitarse la vida, y que resultó
ser su mejor poemario.
- María Teresa León (Logroño 1903 - Madrid
1988). Fue uno de los ejemplos más interesantes de la participación
intelectual y comprometida de la mujer durante los años de la República y,
posteriormente, representó una de las voces más vivas y activas de la
creación y del testimonio español en el exilio. Primera española en
conseguir un doctorado en Filosofía y Letras, María Teresa estudió en la
Institución Libre de Enseñanza, fundada por un grupo de catedráticos
separados de la Universidad para defender la libertad de cátedra y negarse
a ajustar sus enseñanzas a los dogmas oficiales en materia religiosa,
política o moral. Colaboró bajo seudónimo en un diario burgalés y en 1929
publicó su primera novela. Junto a Rafael Alberti, del que también era
compañera sentimental, llevó a cabo numerosas iniciativas de orden
cultural, como la revista "Octubre". Con más de veinte libros
publicados, también fue muy activa en el teatro, como actriz, autora,
directora de escena y ensayista. Durante la Guerra Civil fue secretaria de
la Alianza de Escritores Antifascistas, fundadora de la revista "El
Mono Azul" y una destacada veladora para la salvación de las obras
del Museo del Prado de Madrid.
- María Zambrano (Vélez-Málaga 1904 - Madrid
1991). Esta filósofa malagueña es quizás la figura femenina más destacada
de la intelectualidad española. Recibió su formación universitaria en la
década de los años veinte de mano de maestros como Ortega y Gasset, Xavier
Zubiri o García Morente. Amiga de Maruja Mallo, Concha Méndez y Rosa
Chacel, ya en los años 30 empezó a ser reconocida en el campo intelectual.
Convencida republicana, llegó con su marido de Chile justo el día que
Bilbao caía a manos de las tropas nacionales. A la pregunta de un
periodista de por qué volvían si la guerra estaba perdida, respondió
"Por eso". Terminada la contienda se exilió y vivió en una larga
sucesión de países y diferentes universidades: París, La Habana, Puerto
Rico, México…, donde siguió con su actividad cultural como filósofa,
ensayista y profesora. En 1984 se instaló definitivamente en Madrid, donde
murió. María fue de las pocas mujeres plenamente reconocidas por la
intelectualidad española después de la dictadura, recibiendo los premios Príncipe
de Asturias (en 1981) y Cervantes (en 1989), además de otras numerosas
distinciones de instituciones nacionales y extranjeras.
- Maruja Mallo (Lugo 1902 - Madrid 1995). Con
veinte años se trasladó a Madrid para estudiar en la Real Academia de
Bellas Artes de San Fernando, donde se relacionó con artistas, escritores
y cineastas como Salvador Dalí, Federico García Lorca, Luis Buñuel, Concha
Méndez, Margarita Manso o María Zambrano, de la que era gran amiga. Es
justamente Maruja, junto con su íntima amiga Margarita Manso, quienes
idean la performance de ir por la Puerta del Sol de Madrid sin sombrero.
Esto provocó el insulto y hasta la agresión de numerosos viandantes, que
las tildaron poco menos que de prostitutas. De aquí nace el concepto
"sinsombrerismo" que queremos que defina esta generación
femenina. Su pintura
siempre tuvo una influencia claramente surrealista, teniendo la
oportunidad de relacionarse con otros maestros de la época, como Magritte,
Ernst, Miró o De Chirico en sus viajes a París. Comprometida con la
República, al estallar la guerra civil viajó a Portugal y luego a América,
pasando grandes temporadas en Buenos Aires y Nueva York, donde se instaló
y recibió un rápido reconocimiento. De ella, dijo Andy Warhol que sus
retratos eran un claro precedente del Pop Art norteamericano. Regresó del
exilio en 1965 y se instaló en Madrid, donde siguió pintando hasta su
muerte en 1995. Ya fallecida, consiguió el reconocimiento institucional y
artístico.
- Rosa Chacel (Valladolid 1898 - Madrid 1994).
Su primera vocación fue la escultura, matriculándose en la Escuela
Superior de Bellas Artes de San Fernando, vocación que abandonó para
convertirse en la principal novelista de esa generación, además de
ensayista y articulista. Fue asidua de las tertulias donde entabló amistad
con Ortega y Gasset que le publicaría varios artículos en la revista de
Occidente. El compromiso con la República la llevó al exilio primero en
Suiza y luego en Brasil. Con sesenta años, obtuvo becas de fundaciones
para completar alguna de sus novelas, una de estas becas le permitió
instalarse en Madrid y terminar una de sus obras más populares, Barrio de
Maravillas. Rosa Chacel es sin duda una de las autoras más importantes de
la cultura literaria Española.
Ver obra y biografías completas en el enlace:
En palabras de Tània
Balló, autora de la novela "Las Sinsombrero: sin ellas, la historia no
está completa", guionista y directora del documental homónimo, y la
encargada de sacar del olvido y devolver su lugar en la historia a este grupo
de mujeres extraordinarias “La realidad es que junto a ellos convivieron,
crearon ¡y triunfaron!, la que fuera la primera generación de mujeres que entró
sin complejos en el mundo artístico. Mujeres de gran talento, que compartieron
entre ellas amistad, reflexiones y vivencias y que con su obra influyeron de
forma decisiva en el arte y pensamiento español de la época y en algunos casos,
y debido a su producción en el exilio, en los estilos y géneros de artistas
internacionales. La interrupción de la Guerra Civil supuso el fin de esa
Generación, pero en el caso de ellas supuso también su condena al olvido.
Reconstituida la democracia, los nombres
de sus colegas fueron recuperados y ensalzados, mientras que los de estas mujeres
permanecieron en silencio, perdiendo su lugar de pleno derecho dentro del
relato oficial de la Generación del 27”.
Portada de la novela de
Tània Balló "Las Sinsombrero: sin ellas, la historia no está
completa".
Cartel promocional del
documental homónimo, que
“propone ensalzar y recuperar el legado de estas artistas con el objetivo de
que este episodio de nuestra historia artística se reescriba con ellas y a
partir de ellas, para que sean incluidas de forma incuestionable dentro del
grupo del 27”.
Enlaces de interés:
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